Necesitamos un marco legislativo que garantice la existencia de nuestros humedales, proteja su biodiversidad en conjunto y nos permita pensarnos a futuro, de una vez por todas, como seres sustentables y empáticos con el universo que nos rodea.
Los humedales son zonas geográficas que pueden permanecer saturadas de agua o inundadas por períodos prolongados de tiempo, y es justamente el agua quien define sus características biológicas.
Su flora, su fauna y la relación con el medio ambiente es propia e irrepetible de estos sistemas, tanto que su importancia desde las sequías e inundaciones hasta en el cambio climático, definen el futuro de nuestro planeta como lo conocemos hasta ahora.
En Argentina hay 6 grandes zonas de humedales que actualmente están en peligro y desapareciendo a un ritmo acelerado: Cuenca del Plata, Pampas, Puna, Chaco, Patagonia y Zona Costera Patagónica.
La ley de humedales intenta garantizar el equilibrio social y ambiental, protegiéndolos del abuso de poder por parte de empresarios codiciosos y planificando su conservación, desarrollo e integridad a través del tiempo.
Tenemos un solo hogar y está en peligro.
Es necesario restaurar este ecosistema destrozado por la mano del hombre y plantear un lenguaje de colaboración autosuficiente, sustentable y hermanado con la naturaleza.