En el 2024, los océanos del mundo continúan enfrentando una crisis urgente derivada de la contaminación, amenazando la salud de los ecosistemas marinos y la biodiversidad.
La presencia de desechos plásticos y productos químicos en los océanos sigue siendo un problema crítico. A pesar de los esfuerzos la contaminación persiste, generando impactos devastadores en la vida marina y la calidad del agua.
Actualmente la provincia de Buenos Aires suspendió las operaciones de la petrolera Oiltanking, responsable de dos derrames en Bahía Blanca en un lapso de 15 días.
Los derrames contaminan la fauna y la flora presente en el mar. La principal consecuencia es el envenenamiento de peces, que a su vez afectan al resto de la cadena alimenticia, llegando incluso al ser humano.
La búsqueda de soluciones debe ir de la mano con el compromiso hacia la sustentabilidad y el triple impacto que incluye tanto los aspectos ambientales como los sociales y económicos.
En Samkya nos enorgullece aportar nuestro granito de arena para una solución posible.
La producción de nuestros productos sin conservantes ni derivados del petróleo junto con nuestros envases sustentables y reciclajes, es la clave de nuestro proceso.
Desafíos ambientales:
La presencia masiva de desechos plásticos y contaminación química plantea una amenaza inmediata para la salud de los ecosistemas marinos.
Y la proliferación de microplásticos plantea una amenaza invisible pero significativa.
Llamado a la Acción:
La situación exige un llamado a la acción global. La conciencia pública, la legislación más estricta y la innovación en tecnologías sostenibles son esenciales para revertir la marea de la contaminación y salvaguardar nuestros océanos para las generaciones futuras.
El Senado chileno ha aprobado el Tratado de Alta Mar, convirtiendo a Chile en el primer país en ratificar esta iniciativa, la que busca proteger las aguas internacionales
Contiene 75 artículos que respaldan la protección más allá de las fronteras con el objetivo central de la conservación de al menos el 30% de los océanos y la restauración del 30% de las zonas degradadas para el año 2030, con la finalidad de que las generaciones presentes y futuras asuman la administración del océano. Además, el acuerdo contribuirá al desarrollo de océanos más limpios, la disminución de su temperatura, la gestión sostenible de los recursos pesqueros y la proyección de la Agenda 2030.
Fuente: www.instagram.com/austerra_society
En el 2024, el desafío persiste, pero con un compromiso renovado y acciones colectivas.
Aún podemos recuperar la vitalidad de nuestros océanos y garantizar un futuro más limpio y saludable para nuestro planeta.