Ser sustentables en casa es posible. (¡Y fácil!)
Una manera de comenzar a transitar este camino es pasar de una economía lineal, donde “producimos, usamos y tiramos”, a una circular donde la premisa es “reutilizar”.
El objetivo es reciclar los restos de comida y materiales orgánicos que sobran en nuestro hogar, para transformarlos en abono orgánico (compost) que luego transformaremos en nutrientes para nuestras plantas o nuestra propia huerta.
Compostar es un proceso simple que además de servir como un shock de energía para nuestras plantas, nos permite reducir significativamente la cantidad de basura que sacamos a la calle.
De esta manera, vamos a obtener un producto rico en nitrógeno, hierro, calcio, zinc, potasio y cobre que nos servirá para fortalecer al máximo nuestras macetas o jardín.
¿Cómo se realiza?
Primero debemos recolectar toda el material orgánico que generemos en casa: restos de alimentos, cáscaras, papel o cartón, yerba y semillas. (Ojo: No incluir comida en mal estado, huesos, carne ni pescado, excrementos de animales domésticos, plástico, vidrio ni ningún producto que no sea biodegradable)
Luego realizaremos una compostera casera (podés realizarla como a vos te guste: caja, cajón de plástico o maceta) donde incluiremos todo este material tanto húmedo como seco, intentando no depositar líquidos para evitar acumulación de insectos y mal olor.
A partir de ahora, vamos a intercalar capas de tierra o restos verdes (hojas, pasto, etc) con capas de residuos orgánicos.
Repetir este proceso durante algunas semanas (depende del tamaño de nuestro compost)… ¡Y listo!
Devolvele nutrientes a la tierra y minimizá la cantidad de residuos contaminantes..
Cuidemos nuestro planeta. ¡Empecemos por casa!